Las obras que se exhiben en la antigua iglesia conventual del siglo XVIII desacralizada y reconvertida en espacio cultural, un total de 14 fotografías, proponen un recorrido a lo largo de los últimos diez años de trayectoria de Ballester. Un tiempo durante el que el espacio, la luz y la historia de la pintura han sido los ejes vertebradores de su trabajo, siendo ahora también los pilares en torno a los que está planteada la exposición. 

Las obras seleccionadas son fotografías de espacios arquitectónicos (obras clásicas de la pintura, paisajes e incluso imágenes de su estudio) intervenidas por el artista a través de diversas técnicas e impresas también en diferentes materiales. A través de ellas, se muestra la íntima visión de Ballester sobre la arquitectura y sobre uno de los temas clave que ha desarrollado en la última década: los espacios ocultos. Asimismo, permiten al público asomarse a los cambios y avances producidos durante los últimos años en el trabajo de este creador que destaca por su capacidad de investigación en las últimas tecnologías.