El propósito de esta exposición, comisariada por Lorena Mtnez. Corral, es demostrar a través de una trayectoria sólida y extensa, las claves de creación y metodología de Chus Burés, mostrando al tiempo sus intereses, sus puntos de referencia, sus preocupaciones, sus experiencias y su atracción por el lenguaje corporal.

Una forma distinta de aproximación al mundo de la joyería, con el máximo respeto a los maestros orfebres que le han acompañado a lo largo de estos treinta y cinco años, desde sus inicios en Barcelona, su ciudad natal, hasta sus últimas colecciones que ha desarrollado entre Madrid, París y Nueva York, ciudades en las que vive.

Un universo lleno de referencias y materiales, un universo que comparte con sus seguidores, coleccionistas, clientes y amigos. Estamos frente a una nueva forma de entender la unión del arte, el diseño y el comercio.

Desde la última exposición de Chus Burés en Madrid, La conciencia de la materia, celebrada en el Museo Nacional de Artes Decorativas en 2016, ésta es la siguiente muestra del célebre diseñador en España. Mientras tanto, Burés ha seguido su ruta con exposiciones en Nueva York, ciudad en la que comparte su residencia-estudio de Madrid, al tiempo que prepara su siguiente muestra en una prestigiosa institución en Hong Kong.

De los inicios de la década de 1980, la exposición presenta creaciones con los mas diversos materiales, primeras épocas del reciclaje donde el objeto encontrado era la fuente de inspiración para la creación de sus joyas.

Pueden apreciarse sus colaboraciones con artistas contemporáneos de la talla de Louise Bourgeois, Jesús Soto, Miquel Barceló o Santiago Sierra, entre muchos otros, buscando el diálogo entre arte y diseño. Son pocos los diseñadores que como Chus Burés han tenido un importante rol en la irrupción de “joyas de artista” en la escena del arte contemporáneo. En palabras de Germano Celant, historiador, crítico de arte y presidente de la Fundación Prada de Milán: “La joya deja de ser una prótesis que se despliega y se articula como una presencia destacada y una importante figuración, para convertirse en una extensión elemental y simple, casi una cosa vacía que pueden acoger todas las partes del cuerpo. De esta manera Burés se dirige cada vez mas hacia el discurso selectivo de la pura búsqueda visual que le conducirá a colaboraciones directas con las figuras del arte mundial y por otra parte a un proyecto antropológico y arqueológico que le permite repensar poéticamente los ornamentos rituales de otras culturas”.

Una selección de la década de 1990 permite admirar sobre todo piezas de su colección Vol de Nuit (1996), con prólogo de Paul Bowles, quien escribió: “Chus Burés es un artista sólido y sus ideas también lo son, la fuerza de su colección Vol de Nuit proviene de la mezcla de las joyas bereberes y del lenguaje actual”.
También se muestran joyas de la colección Mae Nam, piezas de oro realizadas en el legendario Reino de Siam donde Burés pasó una década trabajando con orfebres de diversas zonas del país, utilizando técnicas ancestrales y mezclando tradición con contemporaneidad.

Su icónica colección Infinity Lines forma parte de la muestra, en diversas variedades de diseños y materiales junto con la joya homenaje A rose for Rosina, encargo de los amigos galeristas de ARCO 2005 como ofrenda y gratitud a Rosina Gómez Baeza por una quincena de años al frente de la feria. Realizada por orfebres madrileños en oro rosa y rubís.

De la década de los 2010 pueden verse piezas de sus últimas colecciones, L’Or dans l’Univers, una colección que surge a raíz de una serie de conversaciones con el director del observatorio de París donde Burés indagaba sobre el origen del oro. La colección Subverted Jewelry realizada entre París y Nueva York pone en valor la idea de subvertir conceptos en joyería, hacer ver como caro lo barato y viceversa. En cuanto a Past Future, Chus Burés trabaja con elementos del pasado, objetos precolombinos de la colección de Luz Miriam Toro de New York.